No sé cuántas veces lo he dicho antes pero me gusta repetirlo: los adultos son/somos raros. Y no queda claro en qué punto dejamos de ser adolescentes y pasamos a ser adultos, porque el fondo, nadie crece. Nunca. A menos que le pasen cosas horribles. Pero a veces ni así. Porque en cada quien habita una personalidad ingenua, que no sabe cómo
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